Esta navidad, tampoco fue como esperaba, solo sé que no fue un día cualquiera, para comenzar mi mamita estaba muy estresadita por todo los preparativos para la cena, porque debo reconocer que mi hermana y yo abandonamos a la pobre e hizo solita todo el trabajo pesado, por esta razón nos terminó mandando de regreso al lugar de donde salimos jeje. Por mi parte, estaba más que estresada, al borde de un derrame cerebral con tanto trabajo, desgaste físico, el tener que, más que aceptar, aguantar callada los reproches de mi jefe por los errores que comete la gente que trabaja para mí, la soledad, el sol de miércoles de todos estos días, entre muchas muchas muchas muchas muchas otras cosas.
Luego mi mejor amiga me llamó para decirme que el padre de su hija había llegado y que iba a pasar la Noche Buena con él y su familia, para variar, mi sobrina me abandonó (tan chiquita ella y ya me deja), mi hermana la llevó a pasar su primera navidad en casa de su padre, ahhhhhhh si, me olvidaba, la familia de mi nueva mejor amiga decidió como nunca celebrar la navidad y no pudo ir a mi casa, podrán imaginarse, una sala completamente adornada con comida como para alimentar a un batallón y solo mi mamá y yo sentadas frente a frente mirándonos las caras en silencio, ja, creo que a las justas probamos el pavo y como solo éramos ella y yo, decidimos cenar a las 10, vaya cena, largísima, aunque cronológicamente fue la más corta de toda la historia, sentíamos que los segundo se convertían en minuto y los minutos en horas.
Era de esperarse, mi mamá, muy a parte de haber estado cansada, se encontraba realmente triste al igual que yo, ambas nos sentíamos solas (a pesar que estábamos juntas) y extrañábamos mucho a mi papá y nos habíamos hecho muchas ilusiones con la primera navidad de la nena, pero ni modo, no somos ni su papá ni su mamá y solo ellos pueden decidir qué hacer o a dónde llevarla. El timbre del teléfono fue como una salvación para ambas, ninguna quería decir que se sentía mal o sola, así que fue la excusa perfecta para levantarnos, y mientras mi mamá guardaba todo lo que no habíamos comido (o sea todo) yo contesté el teléfono y algo muy raro pasó, al contestar había un vacío al otro lado, como si hubieran puesto mute al otro teléfono, dije aló 5 veces y solo atiné a guardar silencio, como si supiera quién estuviera escuchando al otro lado, casi suplicante porque dijera algo pero guardó silencio, en ese momento no pude aguantar más y rompí en llanto con un “para eso llaman, solo hacen perder el tiempo” corté y caí sentada en el piso.
Mi mamá corrió a donde yo estaba, me abrazó sentada a mi lado y nos pusimos a llorar juntas, ninguna dijo una sola palabra, no era necesario, cada una sabía lo que la otra sentía y hablar solo iba a servir para que nunca paráramos de llorar, luego de unos minutos, mi madre me dio un beso en la frente (hacía mucho tiempo que no lo hacía) ambas nos secamos las lágrimas, nos levantamos y cada una se fue a su cuarto, antes de cerrar el mío le dije que me levantara para ir donde mi tía y solo dijo Feliz Navidad; no me despertó.
Asustada al abrir los ojos, corrí por toda mi casa llamándola y ya no estaba, llegué a la puerta de la calle y vi mi celular en la mesa, tenía 6 llamadas perdidas y 3 mensajes, todos de mi amiga Mily, al rato preocupada por mi llegó a mi casa, creo que mi mamá la llamó porque entró con la llave, me sacó de mi cama (aunque yo seguía vestida) me maquilló, me peinó y me dijo que quisiera o no quisiera yo íbamos a salir a dar una vuelta, y así lo hicimos, antes fuimos a ver a mi mamá, llegando la abracé muy fuerte y le dije lo mucho que la quería, luego saludé al resto de mi familia y finalmente nos fuimos a pasear por toda la ciudad.
Lo que me pareció aun más extraño es que ciudad estaba vacía, las discotecas y bailódromos tenían muy poca gente, los bares estaban en su mayoría cerrados y los abiertos, salvo “El Anubis” que estaba bastante lleno, solo tenían 4 pela gatos. En cierto modo me gustó eso, me hizo pensar que quizá este año realmente algunos hayan tomado esta fecha para pasarla en familia y no tomando como si les pagaran.
No voy a decir que esta fue una triste navidad, porque en medio de todo, mi madre me demostró que me ama mucho, mi amiga prefirió dejar a su familia para acompañarme y yo, me sentí muy querida por muchos. Gracias por estar ahí.
Luego mi mejor amiga me llamó para decirme que el padre de su hija había llegado y que iba a pasar la Noche Buena con él y su familia, para variar, mi sobrina me abandonó (tan chiquita ella y ya me deja), mi hermana la llevó a pasar su primera navidad en casa de su padre, ahhhhhhh si, me olvidaba, la familia de mi nueva mejor amiga decidió como nunca celebrar la navidad y no pudo ir a mi casa, podrán imaginarse, una sala completamente adornada con comida como para alimentar a un batallón y solo mi mamá y yo sentadas frente a frente mirándonos las caras en silencio, ja, creo que a las justas probamos el pavo y como solo éramos ella y yo, decidimos cenar a las 10, vaya cena, largísima, aunque cronológicamente fue la más corta de toda la historia, sentíamos que los segundo se convertían en minuto y los minutos en horas.
Era de esperarse, mi mamá, muy a parte de haber estado cansada, se encontraba realmente triste al igual que yo, ambas nos sentíamos solas (a pesar que estábamos juntas) y extrañábamos mucho a mi papá y nos habíamos hecho muchas ilusiones con la primera navidad de la nena, pero ni modo, no somos ni su papá ni su mamá y solo ellos pueden decidir qué hacer o a dónde llevarla. El timbre del teléfono fue como una salvación para ambas, ninguna quería decir que se sentía mal o sola, así que fue la excusa perfecta para levantarnos, y mientras mi mamá guardaba todo lo que no habíamos comido (o sea todo) yo contesté el teléfono y algo muy raro pasó, al contestar había un vacío al otro lado, como si hubieran puesto mute al otro teléfono, dije aló 5 veces y solo atiné a guardar silencio, como si supiera quién estuviera escuchando al otro lado, casi suplicante porque dijera algo pero guardó silencio, en ese momento no pude aguantar más y rompí en llanto con un “para eso llaman, solo hacen perder el tiempo” corté y caí sentada en el piso.
Mi mamá corrió a donde yo estaba, me abrazó sentada a mi lado y nos pusimos a llorar juntas, ninguna dijo una sola palabra, no era necesario, cada una sabía lo que la otra sentía y hablar solo iba a servir para que nunca paráramos de llorar, luego de unos minutos, mi madre me dio un beso en la frente (hacía mucho tiempo que no lo hacía) ambas nos secamos las lágrimas, nos levantamos y cada una se fue a su cuarto, antes de cerrar el mío le dije que me levantara para ir donde mi tía y solo dijo Feliz Navidad; no me despertó.
Asustada al abrir los ojos, corrí por toda mi casa llamándola y ya no estaba, llegué a la puerta de la calle y vi mi celular en la mesa, tenía 6 llamadas perdidas y 3 mensajes, todos de mi amiga Mily, al rato preocupada por mi llegó a mi casa, creo que mi mamá la llamó porque entró con la llave, me sacó de mi cama (aunque yo seguía vestida) me maquilló, me peinó y me dijo que quisiera o no quisiera yo íbamos a salir a dar una vuelta, y así lo hicimos, antes fuimos a ver a mi mamá, llegando la abracé muy fuerte y le dije lo mucho que la quería, luego saludé al resto de mi familia y finalmente nos fuimos a pasear por toda la ciudad.
Lo que me pareció aun más extraño es que ciudad estaba vacía, las discotecas y bailódromos tenían muy poca gente, los bares estaban en su mayoría cerrados y los abiertos, salvo “El Anubis” que estaba bastante lleno, solo tenían 4 pela gatos. En cierto modo me gustó eso, me hizo pensar que quizá este año realmente algunos hayan tomado esta fecha para pasarla en familia y no tomando como si les pagaran.
No voy a decir que esta fue una triste navidad, porque en medio de todo, mi madre me demostró que me ama mucho, mi amiga prefirió dejar a su familia para acompañarme y yo, me sentí muy querida por muchos. Gracias por estar ahí.
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