martes, 16 de diciembre de 2008

No me digas mentiritas que yo sé bien la verdad

Dicen que lo humanos odiamos lo que realmente somos, aquel que dijo eso puede que tenga razón y si es así me esforzaré por no convertirme en lo que más odio o quizás, simplemente, dejar de serlo. En mi lista de las cosas más odiadas la que se lleva el primer lugar definitivamente es la mentira, pero, quién en su vida no dijo una mentira???????? aunque sea una piadosa, pues yo no soy la excepción y aunque la odio tanto, en aquellos momentos creía que estaba protegiendo a alguien o a algo.

Nunca faltan durante la adolescencia esas palomilladas que por la vehemencia e inmadurez propias de la edad sencillamente nos hacen meter las cuatro patas hasta el fondo (eso que hay veces en que esos agujeros suelen ser insondables), es ahí donde la creatividad explota y la vida o mente se convierte en una película de ciencia ficción, donde lo único importante es salir airosos, libres de toda culpa y si es imposible no verse relacionado con aquello, lo esencial es que todos te vean como la víctima, así nadie te juzgará y mucho menos perderás la credibilidad que hasta ese entonces tenías.

Lo más gracioso es que anoche mismo mentí, un amigo fue a visitarme y mientras conversábamos de mis labios escapaban frases que no podía controlar y mucho menos detener, que no eran falsas pero tampoco eran completamente ciertas, en ese momento creí que era lo mejor para mi y no solo por la imagen que proyectaba sino también porque llega un momento en que de tanto repetir algo, se vuelve cierto, te lo crees y vives así, claro que no era nada malo pero no estaba siendo completamente honesta con este gran amigo que tengo y al que sinceramente debo agradecer mucho porque siempre está ahí (gracias N.P.V.)

Por otro lado, las mujeres solemos ser muy crueles sobre todo cuando sabemos que alguien está interesado en nosotras, nos encargamos de dar falsas esperanzas e ilusionarlos con la probabilidad de que quizás algún día podamos corresponder ese “amor”, nos ponemos como el perro del hortelano “no comemos ni dejamos comer”; abusamos de ellos (lo admito), utilizamos aquellas mentirillas para cerciorarnos que mantengan ese interés en nosotras, porque la verdad las mujeres no somos muy diferentes que los hombres, a nosotras también nos gusta alardear de la “N” cantidad de pretendientes que tenemos, sobre todo dando los nombres y apellidos completos.

Aunque debo decir que ese no es mi caso (solo en lo que concierne a alardear de mis pretendientes con nombres completos) ya con algunas experiencias vividas aprendí mi lección “en boca cerrada no entra mosca” y al mantener el hermetismo en esas “relaciones” obtienes mejores resultados, no digo que no me ponga en el plan de andar ilusionando a cuanto inocente se le ocurre poner su mirada en mí, aunque ya no es costumbre, lo sigo haciendo pero en esos caso lo hago para darles sus merecido, quizás suene infantil para algunos pero yo lo veo de otro modo, ya que solo lo hago con los que se esmeran en parecer los hombres más buenos y abnegados del mundo.

Y es que quizás solo se compartan así con el fin de ligar contigo, se vuelven los hombres perfectos, atentos, caballeroso, compresivos, cariñosos, se convierten en alguien que es capaz de ponerse en tu lugar, en otras palabras se vuelve un homosexual (OJO no tengo absolutamente nada en contra de ellos) ya que es una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, si claro, y lo peor de todo es que aun existimos algunas cojudas que nos comemos el cuento y luego nos comemos otras cositas dándoles al fin lo que buscaban.

En el caso de este amigo que anoche estuvo en mi casa, cabe mencionar que es mi ex, que dice estar muy enamorado y que nunca me pudo olvidar, si claro, como si yo hubiera nacido ayer, no dudo del afecto que pueda sentir hacia mi pero eso de que nunca me pudo olvidar, no pues, hay que ser sinceros, nada nos cuesta ser completamente directos y decir esto es lo que realmente quiero. No podemos andar pintándoles pajaritos en la cabeza a todo aquel o aquella con los que queramos ligar, total, somos adultos. Aunque no podemos generalizar claro esta.

Este es mi caso y les aseguro que si ando ilusionando por ahí, tiene un porqué, yo escojo a mis víctimas muy bien y me tomo mi tiempo para eso, quizás hago mal tratando de ser la justiciera o vengadora de las mujeres engañadas pero es parte de mi entretenimiento algún día lo dejaré de hacer como lo dejé de hacer un muy largo tiempo cuando me enamoré. Tengan algo bien en claro, cuando realmente quiero algo con alguien, no me ando con rodeos y voy directo al punto.

Es por eso que quizás aquel que dijo que somos lo que más odiamos tenga razón ya que en mi caso aborreciendo tanto la mentira, la hago mía para engatusar a esos no tan pobres inocentes muchachos que tratan de aparentar lo que no son, mentirosa?????????? Si lo vemos desde este punto, pues si, soy una mentirosa, soy lo que más odio.

3 comentarios:

El Chevere de la Selva dijo...

puta que miedo contigo je je

Martín dijo...

No tienes que ser tan dura contigo y retratarte como si fueras una hidra venenosa. Creo que en tu caso las mentiras están justificadas porque son recursos para protegerte de mentirosos más avezados que tú. Todos mentimos, porque todos desconfiamos. Yo sí creo que cuando dos personas inician o reinician una relación (o empiezan a mostrarse interesados) no se pueden llamar "mentiras" a las cosas que se dicen entre ellos, sino más bien "tácticas" o "estrategias" para sondear la sinceridad de los sentimientos del otro. ¿Es perverso estudiar el corazón de tu potencial pareja como si fuera un objeto de taxidermia? Mmmmm...Sólo si no tomas las medidas higiénicas necesarias.

P.D. Además, si tu conciencia no te deja dormir, siempre puedes refugiarte en el argumento de la última parte de tu post: YO MIENTO PARA COMBATIR LA HIPOCRESÍA DE LOS HOMBRES.

LiLiTh dijo...

Jajajaja, mi estimado chevere de la selva, no tienes porque temerme, soy una mansa paloma, no muerdo jeje

Por otro lado, Martin no soy dura conmigo misma, solo me sinceré y en referencia a lo de hidra venenosa considero que todos somos un poco de eso. Sin embargo una "relación" si comienza mal, termina peor; no digo que esté mal analizar el terreno, a lo que yo voy es que tendemos a ilusionar a otros sin sentir algo por ellos. Por último, mi conciencia si me deje dormir y muy rico.

Saludos y Besos

Luga